EN SANTA MARÍA LA MAYOR
Sabía a soledad, pero también a paz. Mucho mejor en el féretro que en los corrillos precónclave.
SENSACIONES POSTMORTEM
Sabía a soledad, pero también a paz después de la última palada de tierra.
MISANTROPÍA
Sabía a soledad, pero también a paz. Por eso, después de tres años desde el naufragio, se ocultaba entre la maleza cada vez que fondeaba frente a la playa un yate de molestos turistas.
(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Sabía a soledad, pero también a paz).
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